martes, 12 de julio de 2011

Santos Peruanos

Santa Rosa de Lima
Santa Rosa de Lima
Santa Rosa de Lima, Patrona de América, Perú y las Filipinas; se dedicó a una vida de piedad y de virtud. Cuando recibió el hábito de la tercera Orden de Santo Domingo en Lima, el 10 de Agosto de manos del padre Alonso Velázquez, hizo grandes progresos en el camino de la penitencia y de la contemplación mística.
Perteneciente a la Orden de Santo Domingo fue la primera santa americana, nació en Lima el 30 de abril de 1586. Rosa se caracterizó por su humildad, sencillez, obediencia, caridad y paciencia. Tuvo el don de hacer milagros y se hizo muy conocida entre los limeños, falleció un 24 de agosto de 1617. Santa Rosa de Lima, Patrona de Hispanoamérica y Filipinas, fue beatificada por el Clemente IX en 1668 y canonizada por Clemente X en 1671. Es la primera santa que antes de canonizada, sólo 54 años después de su muerte en 167l, sería proclamada como cosa excepcional, Patrona del Perú en 1669, del Nuevo Mundo y de Filipinas en 1670.

Santo Toribio de Mogrovejo
Considerado como santo peruano, nació en Mayorga, , en 1538. Graduado en derecho, había sido nombrado Presidente del Tribunal de en España cuando el emperador Felipe II al conocer sus grandes cualidades le propuso al Sumo Pontífice para que lo nombrara Arzobispo de Lima al estar vacante la Sede Arzobispal de la Cuidad de los Reyes. Nombrado por el Papa Gregorio XIII, como el segundo arzobispo de Lima como y sucesor de Jerónimo de Loayza. Toribio llegó a la capital del virreinato, en marzo de 1581. Durante su trabajo episcopal convocó y presidió el III Concilio Limense (1582-1583), al cual asistieron prelados de toda Hispanoamérica, está considerado como el “protector de los indígenas” y gran organizador de la Iglesia en Sudamérica.
 


San Francisco Solano
Considerado como santo peruano, nació en Montilla, Andalucía, España, el 10 de marzo de 1549. De la Orden Franciscana, en 1589 Felipe II solicitó más frailes para el trabajo en América, Francisco Solano llegó a Lima en 1601, nombrado Guardián de la recién fundada Recolección de Santa María de los Angeles en Lima, (hoy Convento de los Descalzos, en el Rímac). Francisco poseía el don de lenguas y realizó muchos milagros, que lo hicieron conocido como el "el taumaturgo del nuevo mundo". Murió el 14 de julio de 1610 en el Convento de San Francisco. A pedido Virrey Marqués de Montesclaros se exhumó el cadáver para realizar un retrato realizado por Pedro Reynalte Coello; La exhumación fue realizada días después de su fallecimiento, «...ya que murió en olor a santidad...». Fue beatificado por el Papa Clemente X en 1675 y canonizado por Benedicto XIII en 1726


San Martín de Porres
Nació en Lima en 1579. El santo mulato fue bautizado en la iglesia de San Sebastián, en la misma pila y por el mismo párroco que había bautizado a Santa Rosa de Lima. Martín aprendió el oficio de barbero y adquirió conocimientos de medicina, con el Doctor Marcelo de Rivero y la preparación de medicamentos en la farmacia de Don Mateo Pastor. Ingresó como donado al convento de Santo Domingo en Lima, en 1603 hizo la profesión como hermano lego. Por sus cualidades de modestia, caridad, abnegación y la paz que irradiaba le confiaron, junto a otros oficios, el de enfermero. Realizó numerosos milagros y curaciones. San Martín de Porres, Patrono de la Justicia Social, murió el 3 de noviembre de 1639. Fue beatificado por el Papa Gregorio XVI en 1837 y canonizado por Juan XXIII en 1962.


San Juan Macías
Registrado como santo peruano, nació en Rivera de Fresno, España, el 2 de marzo de 1585. Llegó a Lima en febrero de 1620, donde continuó su trabajo pastoral en las afueras de la capital. En estas circunstancias descubrió su vocación a la vida religiosa e ingresó a la Orden de Predicadores, Dominicos. Lo admitieron como hermano lego en el convento de Santa María Magdalena y tomó los hábitos el 23 de enero de 1622. Su vida estuvo marcada por la profunda oración y la caridad. La nobleza de Lima y el propio Virrey Marqués de Mancera acudían a él en busca de consejos. Murió el 16 de setiembre de 1645. Treinta y seis años después de su muerte, sus restos fueron trasladados a otro ataúd y, para sorpresa de todos los presentes, los hallaron incorruptos. Actualmente, se pueden apreciar sus restos momificados, más no corruptos. Fue beatificado por el Papa Gregorio XVI el 22 de octubre de 1837 y canonizado por Pablo VI el 28 de setiembre de 1975.


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